Saturday, 2 September 2006

El Principito 2

El principito regresó a su asteroide, donde encontró su rosa ya seca. Después de un largo retoso, decidió que era tiempo de dejarse de mariconeses, así que sembró otra y en lo que el primitivo clima de su planeta hacía algo, decidió visitar más asteroides como la última vez.

Viajando por el cosmos vio un asteroide color gris con una estructura extraña alta y delgada, que le recordó al farolero y un hombre alto parecía prestarle mucha atención, pero éste nuevo farol no alumbraba. Así que sus pájaros esos que lo cargaban, lo dejaron ahí.

Principito: Disculpe señor.
Señor1: ¿Sí?
P: ¿Podría decirme qué está haciendo?
S1: Juego basquetbol.
P: ¿Qué es basquetbol?
S1: Debo meter este balón anaranjado en la canasta.
P: ¿Canasta?
S1: Sí, sí, el aro de allí arriba.
P: Creí que las canastas tenían fondo. ¿Qué pasará cuando ponga el balón allí?
S1: Me darán dos puntos.
P: ¿Quién le dará dos puntos?
S1: Así son las reglas del juego. Cada vez que la canasta atraviese el aro, se me atribuyen dos puntos.
P: ¿Para qué sirven los puntos? ¿Para comprar estrellas?
S1: No, aquí la única estrella soy yo.
P: Pero si las estrellas son brillantes.
S1: Yo brillo con mi basquetbol.
P: Pero, aquí no hay nadie para ver su brillo, las estrellas iluminan el firmamento.
S1: Yo ilumino la cancha con mis encestes.
P: ¿Brilla cada vez que hace dos puntos?
S1: No, brillo por la cantidad de puntos que llevo.
P: ¿Y cuantos lleva?
S1: No lo se. Para eso está el tablero.
P: Pero aquí no nada más que la canasta.
S1: Sí, porque el asteroide es demasiado pequeño para que haya un tablero. La cancha cubre completamente el asteroide y el tablero debe estar fuera de la cancha.
P: ¿Cuándo terminará de hacer puntos?
S1: No lo se, supongo que cuando esté satisfecho.
P: ¿Puede hacer más de dos puntos?
S1: No, porque el asteroide es tan pequeño que no alcanza para la zona de 3 puntos.
P: Sigo sin entender la parte de brillar. ¿En todas las estrellas hay basquetbol?
S1: No, yo soy la estrella aquí, ya te lo dije.
P: ¿Por qué hace basquetbol?
S1: Porque soy negro.
P: En serio que no entiendo nada...

El principito se sentía muy confundido por el basquetbolista, no entendía que a los hombres los motiva la búsqueda de gloria, que la pueden conseguir de las maneras más absurdas posibles y que se mantendrán necios en eso hasta consumar su vida en la fama de ser el mejor en algo, por más irrelevante que sea. Así que prefirió irse de ahí y dejar que terminara sus puntos para dedicarse a algo más. En el camino vio pasar un cometa, para darle variedad a la historia, pero luego se trepó a otro asteroide donde había un hombre hablando con muchas estatuas.

P: Disculpe señor.
Señor2: ¿Qué quieres?
P: ¿Está usted ocupado?
S2: Estoy rezando.
P: ¿A qué se refiere?
S2: Tú sabes, le hago peticiones y alabanzas a un dios.
P: ¿Para qué?
S2: Para que me haga más feliz.
P: ¿Y cómo hará este dios para hacerlo más feliz?
S2: No lo se, ese es su trabajo.
P: De donde vengo, tenía una flor que me hacía feliz. ¿Eso es un dios?
S2: No, las flores no son dioses. Tampoco hacen feliz a la gente.
P: Pero a mi me hacían feliz.
S2: Pero dijiste que la tenías. Ahora que la perdiste, la flor ya no te hará feliz.
P: ¿Su dios puede hacerlo feliz para siempre?
S2: Sí. Eso es lo que hacen los dioses.
P: ¿Y cómo lo hacen?
S2: Ya te dije que no lo se, eso es su trabajo.
P: Pero... si no sabe lo que hacen, ¿cómo pueden hacerlo feliz?
S2: Los dioses trabajan de maneras que no podemos ver ni percibir, pero ellos controlan todo lo que pasa. Hasta deciden si tu rosa vive o muere.
P: Pero todas las rosas mueren.
S2: Eso es porque así lo quieren los dioses.
P: Pero... ¿si no lo quisieran, vivirían para siempre?
S2: Así es.
P: ¿Y como cambio la voluntad de los dioses?
S2: Rezando.
P: ¿Alguna vez ha logrado que pase algo que no se supone que pasaría?
S2: No. Pero es porque los dioses así lo quisieron, quizá debo rezar más.
P: ¿Qué pasa si alguien reza lo contrario a usted?
S2: Pues es cuestión de fe.
P: ¿Qué es la fe?
S2: El creer en que los dioses son capaces de hacer estas cosas aún sin depender de alguna prueba.
P: Pero si dice que usted nunca ha logrado cambiar nada... entonces no parece que tenga mucha fe.
S2: ¿Qué? No voy a dejar que un niño me esté cuestionando, vete de aquí. Debo seguir rezando para alcanzar la felicidad.

El principito se fue consternado, preguntándose por qué los hombres buscan la felicidad en algo que no les responde y no la buscan en las cosas que sí pueden alcanzar y percibir. De ahí, llegó a lo que pensó sería el último asteroide de su recorrido, donde vio un hombre dormido.

P: S-s-señor... ¿está despierto?
Señor3: ¿Eh...? ¿Qué? ¿Qué pasa?
P: Disculpe, estoy recorriendo un poco y decidí visitar su asteroide.
S3: Ah, hola... me despertaste.
P: Lo siento.
S3: No, está bien, no se supone que esté dormido.
P: ¿Por qué no?
S3: ¿Ves esto?
-El hombre le muestra un trapeador.-
P: Sí.
S3: Se supone que debo estar limpiando el asteroide.
P: Oh, necesita que me vaya.
S3: No, quédate si quieres, igual no lo limpiaré, seguramente me quedaré dormido.
P: Pero se supone que lo limpie.
S3: Ajá...
P: Si se queda dormido no podrá limpiar.
S3: Pero si limpio el asteroide, seguramente se volverá a ensuciar rápidamente. Por eso prefiero descansar.
P: Pero, ¿descansar de qué?
S3: De limpiar el asteroide.
P: ¿Entonces no limpia el asteroide sólamente porque se supone que debe hacerlo?
S3: En realidad es más como que no me dan ganas de hacerlo y no le veo caso. Y me gusta más estar dormido, por lo tanto, duermo.
P: Sabe... de todos los asteroides que he visitado, usted es la primer persona que me parece sensata.

Y así el principito decidió quedarse algunos días más con el conserje, esperando que ya fuera tiempo de regresar para ver crecer su rosa nuevamente.

FIN

1 comment:

Kluzter Benavides said...

yeah...

este sí quedó bien.. al principio con el basquetbolista como que no...
"Cada vez que la canasta atraviese el aro,".. yo le cambié 'canasta' por 'pelota' en mi mente.

en fin...
el universo es demasiado complejo para le pobre principín... pensé que la regarías estropeando una más de las pocas cosas que me gustan mucho... mas admito que hasta pareciera que leíste el libro.

¡albricias!