Tuesday 14 April 2009

Demon Prison

Mi hermano llegó este lunes de la ciudad de la cajeta y ... pues ya, de la cajeta: Celaya. La "ciudad" de Celaya es aún más rancho que Monterrey por lo que me comenta, cosa que no me parece difícil de creer, ya que después de ver la cantidad de burros circulando por las calles de Torreón y saber que Celaya está aún más abajo en cultura, es fácil de imaginar.

Nos trajo los dulces típicos de Celaya, que (de nuevo) es la cajeta. Trajo varios en sus recipientes tradicionales que distan mucho de lo que uno esperaría que un antojito de dulce fuera.

No sé como describirlo, pero básicamente es como una tapa de madera sellada por los 5 dioses más sabios de las cuevas que bajan al infinito y envuelto en una envoltura de papel genéticamente desarrollada para hacer simbiosis con cualquier forma de madera que pudiera encontrar.

En serio, es como esas cosas de películas donde siempre hay encerrados demonios milenarios y esperan que nunca las logren abrir. Pero en este caso, tienen cajeta (y ni siquiera muy buena).

Durante el proceso de abrir el recipiento, recibí algunas heridas de mi propio cuchillo, que era rebotado por la superficie cilíndrica. Después de retirar el papel, nos dimos cuenta de que sólo era uno de los primeros sellos; ahora había que retirar una especie de banda hecha de astillas alrededor del objeto. Cada vez que le quitábamos un poco, salían más y más astillas. Al final, terminamos forzando el recipiento en base a un primitivo taladro conocido como "sacacorchos".

Lamentablemente, el proceso hizo que todas las astillas entraran a donde estaba guardada la cajeta, pero algunas zonas estaban intactas. Aún así, la cajeta misma era tan pegajosa y dura que dudo que hubiera sido planeado que alguien la terminara comiendo.

2 comments:

Kluzter Benavides said...

Yo compré cajeta poser de celaya cuando fui a guanajuato... el papel es el mismo pero el recipiente es de un poserísimo plático facilísimo de abrir.
10 cajetas por 10 pesos... toda una ganga...

lo mejor es que no tienes que comerla nunca, sólo donarla a quien te pregunte ¿qué me trajiste? y BAM!.
Ahí tiene ud. su dotación de cajeta.

Lo mismo pasó con el salmiakki cuando me lo traje ;)

F. Dwarf said...

Aaaaa, eso explica por qué tengo una botella de salmiakki en mi refri.

¿O sea que con todos aplicaste lo de dejar "olvidada" una botella de salmiakki? Changos.