Thursday, 26 February 2009

Darker and edgier

Estoy orgulloso de haber nacido justo en el año exacto para que cosas como Pokemon las viera como de bebés cuando salieron. Por alguna razón, la generación inmediata a la mía (que aunque abarque muchos años, me tocó el último de la chida) sí le gustaba esa porquería.

Pero no voy a hablar más de la tan maltratada generación Y, que aunque me encanta, no lo haré esta vez. Ahora quiero hablar de percepción. Supongo que la gente suele percibir cosas de cierta manera. Muchos nos hemos preguntado cosas como: "¿Todos verán el color rojo igual que yo?" o algo por el estilo. La respuesta correcta es: "Sí, ahora deja de payasear y sigue trabajando."- Pero fuera de la percepción sensorial, yo hablo de percepción emocional.

Cuando somos pequeños no sabíamos reaccionar ante ciertas situaciones y simplemente tuvimos que aprender y tomarlo de la mejor manera. Algunos se asustan con los payasos (damn you pennywise!!), a otros les gusta pintarse las uñas con marcador, otros comen tierra y muchos gustan de inventar historias incoherentes sobre sus vidas (hablamos de niños, recordar).

Si son de los años 80-84 y quizá algunos de edades cercanas, chequen este video.



Vaya recuerdos que les habrá traído. Pero yo quiero enfocarme en algo en específico. El sentimiento de cuando los caballeros iban a pelear contra algún enemigo, es algo que ya ninguna película, comic o videojuego me ha podido inspirar. Quizá ya lo razoné de más y no me afecta igual ahora más viejo. Pero es algo muy específico para mí.

Cuando ves que algún caballero, como Shiryu o Hyoga o quien sea, se va a enfrentar a un caballero que aparentemente es más poderoso que él, en realidad se sentía una especie de angustia. Al principio era normal, uno supone que el héroe ganará y se irá volviendo más poderoso con el pasar de la serie (Dragonball effect). Y aunque técnicamente sí fue todo así y uno veía que los cabelloros salían airosos de sus peleas, algunas veces tuvieron su costo.

Lo más notorio es en la saga de las 12 casas. Ves que llegan los 4 caballeros a la casa de Aries y este ni se mueve y los hace mierda. Y es su camarada. Esto te plantea el escenario de que cruzar las 12 casas será una tarea absurdamente difícil. Y aunque Tauro es amigable también, les da una dura pelea. Pero cuando llegan a los caballeros más determinados o malvados. Fuera el enigmático Géminis o el aburrido Virgo. Uno como niño sólo podía angustiarse. No sólo era un sujeto abismalmente más poderoso que ellos, sino que estaban en medio de Grecia, sin amigos y lo peor de todo, es que tenían que irse de lleno contra el sujeto y ganarle. Sin opción de retirada.

Y ese sentimiento de angustia tan fuerte, de la soledad total que enfrentaban los pobres caballeros de bronce contra tal sujeto, es algo que ya nada ha vuelto a hacerme sentir así. Quizá en algún momento fuerte de mi vida, pero eso era lo fascinante al menos para mí. Sabías que no iba a llegar Goku y salvar a todos. Ahí estaba Seiya and that was as good as it was gonna be. A lo mucho llegaba el Fénix a que le partieran la madre al infinito, pero aún así uno sabía que no era un gran rival.

Esa angustia, de tener una enmienda imposible enfrente, sabiendo que estás completamente sólo y no va a llegar nadie a resolverte el problema (a menos que seas Shun) es parte de lo que hacía a esa bola de huérfanos multi-étnicos tan grandiosos. Porque luego ya con Poseidón y Hades como que no es lo mismo... (Asgard was cool though)

1 comment:

Kluzter Benavides said...

awwww :')

yo siento eso cada semana antes de exámenes... ¿será que paso? ¿tronaré?.
Pocas veces tuve un pase de materia seguro en mi carrera y ahora con maestría igual XD