Terror en las elecciones

Pues independientemente de lo que pase a nivel nacional, que como ya dije, no haré mas comentarios personales hasta diciembre, déjenme les cuento de algo que pasó cuando fui a votar y ejercer mi derecho de democracia, que es la forma de gobierno más idiota que hay (a menos claro que la gente fuera remotamente inteligente, pero afrontémoslo, está lejos de serlo).

En fin, llegué a la casilla a buscar mi nombre en unas hojas chafamente pegadas en la ventana y busqué mi apellido. Buscaba entre tanto nombre, cuando me percaté de cierto apellido que me llamó la atención: "Santoy", decía la hoja en varias líneas. Y yo pensé "Ja, una familia Santoy." Pero luego seguí leyendo el primero que venía y decía "Santoy Riveroll Diego", así que no pude hacer más que carcajearme de tal evento.

Después de enseñarle a toda mi familia el descubrimiento y que nos riéramos de aquel tarado que fuera objeto de muchas burlas de parte de mi familia hace unos meses, mi hermano reflexionó un poco y dijo "Pos sí, vivía ahí en la cuadra de abajo de la casa." Y la lógica se hizo presente (le guste al Tigre Matemático o no).

Total, algunas personas se preguntan si acaso vi al sujeto en cuestión alguna vez. Yo supongo que sí, o sea si paso caminando a cada rato por ahí, pero pues era un huerquete genérico medio frepo que se ve igual que los otros miles de esos que viven por aquí, así que lo más probable es que lo haya visto, pero no tengo la certeza.

En fin, Dieguito no se presentó a votar porque cuando estás en la cárcel te quitan tus derechos civiles y algunos derechos humanos. Y si hubiera ido, lo habrían llevado como a Hannibal Lecter. Quizá el hermano y el papá sí votaron, pero francamente, no me importa.