Homo Demon

En el mundo hay dos clases de personas: los que tienen pistolas cargadas y los que cavan. Eso es algo que aprendí cuando era niño. Quizá no tenga nada que ver con esto, pero... quizá sí (pero lo más seguro es que no).

Hay gente que clama que los homosexuales están mal o dan asco y lo que sea. La verdad mientras a mi no me hagan nada y no lastimen a más gente, pueden hacer lo que quieran. Cada quién sus ondas. Pero hay personas que la mera existencia de los gays les retuerce las tripas y otros que van más allá y dicen que son del diablo, como estos divertidos ministros en (dónde más?) Estados Unidos:



Escuchando ese horrible acento pantanero (que es el que usan en la alguna vez mencionada y asquerosa película de Benjamin Button), uno se da cuenta de la cultura (o falta de ella) en la que se encuentran todas estas personas, donde no sólo van a ver a un ministro sacarles malos espíritus que son los que los vuelven idiotas (nota: nueva teoría, quizá les METEN espíritus que los vuelven idiotas).

En este video en particular, vemos como exorcisan a un desafortunado joven (desafortunado porque... o sea, sólo miren al pobre) para sacarle un demonio homosexual. Déjenme repetir eso. Un demonio, que al parecer es o tiene poderes de homosexualidad.

Este demonio no crea pesadillas, fuego, sombras, dolor, odio... no. Este es el demonio que te vuelve gay. En todos los rpg's y castlevanias que he jugado, nunca me he topado con un demonio gay; ni siquiera se me ocurre qué podría hacer, qué propósito tiene o a qué estúpido programador se le ocurrio.

No imagino las ideas extrañas que tienen estos bizarros religiosos sobre lo que ser homosexual significa. Supongo que incluyen la parte de sexo con gente del mismo género, pero de seguro también han de pensar en que el demonio les mete todos los clichés de ser gays, como bailar, vestirse gay, reírse como loca, tener sida. Que no dudo también crean que el SIDA es un demonio.

En realidad no tengo conclusión para este post. El video habla por sí sólo. A veces llega como un tsunami de estupidez que nos ahoga y es más importante salir a flote que tratar de decir algunas palabras que igual no ayudarían en nada.