The Fresh Prince of the jews

Estaban Jesús y su pandilla en el sabbath listos para una de sus típicas reuniones. Se estaban enfocando mucho en su oración.

Santiago1: Por favor señor, haz que nuestro equipo gane el juego.
Pedro: ¿Contra quien juegan ahora?
S: Los babilonios.
P: Tssss... traen muy buen equipo. Ojalá no nos goleen.
Andrés: Oye Chuy, ¿no podrías mover influencias?
Jesús: Qué petición más baja. El futbol es un deporte sagrado, hay que jugar limpio.
Simón: Los babilonios nos van a hacer pedazos.
María Magdalena: Oye Jesús, ¿puedes venir un segundo?
J: Sí, claro.

-Cocina

J: ¿Qué pasó?
MM: Pues es que, ¿por qué todos los sabbath tienes que traer a todos tus amigos?
J: Oh, no otra vez esto. Se supone que el sabbath es para tirar bola, sólo queremos ver el juego.
MM: Siempre es lo mismo cada fin de semana, siempre andas ahí curando enfermos y ayudando teporochos y yo aquí encerrada. Nunca me llevas a pasear. ¿Cuándo fue la última vez que me llevaste al coliseo? ¿Recuerdas cuando fuimos a Roma? Vimos a los gladiadores en el show de elefantes y los gladiadores payasos apretados en la pequeña carroza jalada por un burro.
J: Ja... claro que lo recuerdo. Lo siento, es sólo que he estado muy preocupado por todo esto de que estoy molestando a los jefes judíos y me ayuda relajarme con mis amigos.
MM: Siempre tus jefes, deberías renunciar. Haz tu propia religión, eres mejor que todos ellos. Eres el mesías.
J: Pero no quiero sólo llegar a la cima por las influencias de mi papá, quiero forjarme desde abajo. Empecé como carpintero y mira dónde he llegado.
MM: Siempre tan orgulloso, me preocupo por tí. Mira lo que le pasó a tu primo Juan el Bautista.
J: Bueno, pero él se puso a decirle prostituta a la novia de Herodes, debió verlo venir.
Tomás: Oye Jesús, no encuentro mi perinola.
J: Ahí estaba en la sala hace rato.
T: Ya fui y no estaba.
J: ¿La buscaste bien?
T: Sí.
J: Pues te juro que ahí está.
T: No, hasta que no la vea y la ponga a girar no estaré contento.

-Estancia

Santiago2: Quizá deberíamos hacer un equipo nosotros.
Juan: No, apenas completamos el equipo. Y luego Pedro es bien enojón, en un coraje va a arrancarle la oreja a alguien.
P: Oye, pero soy buen portero.
A: Sí, resguardas las puertas del cielo y la madre, cálmate.
Felipe: Yo soy bueno para la media.
Tadeo: Yo no le entiendo al fut, no cuenten conmigo.
Juan: Por eso les digo que no podemos, cero organización aquí, el único que la mueve es Jesús. Un equipo de liga no funcionaría. Conformémonos con jugar en la liga amateur del río Jordán.
Bartolomé: Oye Judas, ¿apostaste el dinero?
Judas: Sí, pero le aposté a los babilonios.
Todos: Noooo!!
Juan: ¿Cómo te atreves a hacer eso? Has traicionado los colores de la camiseta.
Judas: ¿Cuáles colores??? Si todos juegan de tonos color arena.
Juan: Aún así, eres un traidor. Después del juego voy a divulgarlo en mi evangelio.
Judas: Cuando nos goleen los babilonios, vas a estar contento de tener otras 30 monedas de plata para liberar la pena.