Monday, 12 March 2007

Ah qué flojera

¿Saben cómo odio el nuevo formato blogesco? Es que antes salía la ventanita y sentía que fácilmente la llenaba, ahora me manda directo a este monstruo de menús y de un cuarto de pantalla que parece nunca acabaré de llenar. Quizá por eso disminuyó la cantidad de posteo. Pero bueno, he aquí una pequeña historia:

Había un pollito creo, llamado resistol, que se cayó y se pegó. Pero la historia no acaba ahí. Lo llevaron al hospital de pollos más cercano. Mamá gallina estaba temerosa de cruzar la calle, porque no sabía que la esperaba del otro lado. Pero el amor por su huevo roto era mucho como para aferrarse al miedo.

Total, el doctor, que en nuestra historia es un escritorio animado, le dijo que el pollito había sufrido... cosas clínicas, que básicamente dicen que se le rompió el cráneo. Aparte, los fragmentos de cráneo de pollo, se clavaron en el piso, así que era peligroso removerle la tabla clavada de la cabeza. Pero el escritorio graduado de la mejor escuela de medicina de todo Tlaxcala, dijo que serviría la tabla tan bien como una placa de titanio.

Entonces. Una barra de chocolate se enteró de todo esto. La barra, sabiendo que se acercaba el verano no podía dejar de pensar en eso. El verano acabaría con ella y su delicioso exterior, lo único que podía hacer era transferir su cerebro a ese pollo comatoso. Sería fácil, solo necesitaba escurrirle un poco por el agujero del cráneo.

Guiado por el camillero (que era una barril oxidado), llevaron al pequeño pollo resistol a la sala de... donde la gente se mejora. Que está llena de locos y niñas gritando. Total, en la noche, la barra de chocolate llegó y prendió una lampara para ayudarse a ser derretido...

...continuará (no es cierto)

2 comments:

Kluzter Benavides said...

oh.. hoy me regalaron chocolates.

que paique... coincidir... aunque lo mejor de la historia es su moraleja.

F. Dwarf said...

Ahora se necesita un click menos para llegar a la pantalla de creación de post. No seas llorón.